Incluso si el
lector de La Celestina se quedara tan sólo con lo que se refleja de la
obra en los argumentos que preceden cada auto, no dejaría de percatarse del
hecho de que gran número de los personajes principales acaban sus días de
manera violenta. Calisto muere al salir precipitadamente del huerto de Melibea,
Melibea se arroja de una torre, a Celestina la apuñalan, y Sempronio y Pármeno
mueren ajusticiados. El reparto inicial se ve reducido de manera considerable.
Mucho se ha escrito acerca de las muertes de los personajes en esta obra,
mayormente en estudios dedicados a explorar el comportamiento de uno u otro de
ellos. Mucho se ha escrito también sobre las pasiones que rigen a los amantes,
a la alcahueta y a los llamados personajes secundarios, que se dirigen casi
todos, amos y criados, ricos y pobres, como en la tradicional danza, hacia una
muerte certera. No aportarán estas páginas ningún dato singular a lo que otros
críticos han dicho y repetido sobre las muertes de los que acabo de nombrar; el
presente trabajo pretende más bien rastrear dos motivos del texto de Fernando
de Rojas y del primer autor que creo no se han relacionado de manera explícita:
el de la muerte y el de la pérdida de la razón.
Apuntaré las ocasiones más representativas en las que se hace referencia en el
texto a la muerte y a la pérdida de seso, para luego relacionar, sobre todo en
el caso de Calisto, ambos elementos.
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